domingo, 14 de noviembre de 2010

El pensamiento y la práctica de Célestin Freinet

Aldo Pettini. Cuadernos de Pedagogía. nº54, junio de 1979
Reflexión de Aldo Pettini, fundador del Movimiento de Cooperazione Educativa, sobre el carácter de las técnicas Freinet y la importancia de la cooperación, para avanzar hacia una pedagogía popular. Considera la cooperación como la esencia de las técnicas Freinet y se cuestiona la validez de su pedagogía. Subraya su vigencia y las diferentes áreas en que incide.

MÁS ALLÁ DE LA ESCUELA NUEVA
¿Freinet?; tipografía, texto libre, correspondencia, fichero... y poco más. Quien se aproxima a Freinet queda sorprendido por las técnicas a las que se tiende a identificarlo. Sucede a menudo que tal identificación, casi siem-pre acrítica y mecánica, impide una comprensión de la auténtica aportación de Freinet, del significado profundo del mensaje que, junto con el ICEM, intentó difundir durante toda su vida. Al mismo tiempo se corre el peligro de convertirlo en un &laqno;método» con unos materiales patentados, como sucede, por ejemplo, con M. Montessori. Sin embargo, Freinet sigue desde el principio una dirección distinta que lo condujo a rechazar el término &laqno;método»; prefiere el de &laqno;técnicas» para llegar pronto a la expresión &laqno;pedagogía popular», que equivale a &laqno;pedagogía Freinet». La educación no puede realizarse con discursos vagos y genéricos. Para educar debemos emplear los instru-mentos materiales y conceptuales -las técnicas- que posibiliten esa actividad educativa. El pensamiento infan-til, con sus características propias, presupone una motivación que coincide con la &laqno;técnica» del texto libre y sus instrumentos, el limógrafo, la prensa tipográfica, etc. El plan de trabajo semanal de los alumnos requiere la presen-cia en clase de los libros B.T., de las fichas autocorrectivas, etc. El &laqno;etcétera» no es casual; en ninguna área de actividades las técnicas se identifican sólo con determinados instrumentos. La realidad cambia cada día y, si el educador es responsable, cambia también las técnicas. Las técnicas Freinet se adaptan al paso del tiempo. Por eso la pedagogía Freinet es tan diferente de las que se definen como un conjunto de &laqno;verdades» definidas. Su actitud se caracteriza por el antidogmatismo, por un &laqno;laicismo pedagógico» entendido como investigación perenne, bajo el espíritu del &laqno;tanteo experimental» que es uno de los fundamentos de su pedagogía. Por ello Freinet, tan abierto a todas las contribuciones, consiguió superar sus aportaciones: Nuestros colegas deben experimentar el método de Cousinet, el plan Dalton, el método de los proyectos...; pero no lo deben hacer como partidarios ciegos de unos métodos inflexibles, sino como educadores decididos a conseguir lo máximo posible desde una perspectiva pedagógica esencialmente práctica y cooperativa». Vemos pues como Freinet, (y el ICEM, pues ambos son inseparables) sigue con atención e interés explícito a Decroly pero va más allá de la restringida concepción del método global, mediante el &laqno;método natural» de aprendizaje de la lengua; supera el plan Dalton a través del programa semanal de los alumnos, tan abierto y dinámico; desarrolla creativamente el método Cousinet de trabajo en grupos mediante una concepción de la vida escolar que conduce a una más completa organización de las actividades... Podríamos seguir poniendo ejemplos. No debe olvidarse que las técnicas no son instrumentos para la realización de unos &laqno;valores» que están separados o enfrentados a aquellas; esa era la interpretación de una concepción dogmática. Las técnicas son los propios valores en su concreta realización, no pueden concebirse como meros instrumentos que se dirigen a unos fines externos. Freinet siempre ha rechazado esa concepción oponiendo la otra distinta; la técnica se convierte en &laqno;técnica de vida» y asume un significado muy distinto del meramente instrumental.
LA COOPERACIÓN, ESENCIA DE LAS TÉCNICAS FREINET
Pero de entre las técnicas Freinet, ¿cuál es la más importante? La respuesta más &laqno;freinetiana» a esa pregunta es ésta: la cooperación. En efecto, la cooperación caracteriza de modo definitivo toda la actividad de Freinet; en primer lugar, una cooperación a nivel de adultos: la CEL, el ICEM y la FIMEM son organismos cooperativos mediante los que los educadores superan el aislamiento y (a través de la prensa, los &laqno;stages», los congresos nacio-nales o locales...) pueden compartir experiencias, discutir y modificar sus propias estructuras cooperativas, ha-ciendo avanzar sus ideas y renovando las técnicas según las necesidades que se les planteen. Esa experiencia del mundo adulto encuentra un inmediato reflejo en el infantil. Así la cooperación constitu-ye un elemento fundamental en la puesta a punto del texto libre; en el trabajo de grupo, que arranca del uso de la tipografía; en ese momento extraordinario que es la correspondencia interescolar... Puede afirmarse que para averiguar sise hace un uso legítimo de las técnicas Freinet basta con observar si realizan o no formas válidas de cooperación; ese es el indicador más adecuado, mejor que la consecución de algunos resultados externos, aparen-tes. ¿Se consigue o no la comunidad-clase? ¿Qué relación se consigue con la correspondencia escolar? Sin embargo, sería equivocado limitar la cooperación a un hecho exclusivamente interno de la escuela. Fuera de los cursos escolares existe una realidad que va desde las plantas y animales hasta el ambiente humano en el que los niños viven y que condiciona a grandes y pequeños. Freinet mostró gran interés por el ambiente social y tuvo posiciones muy claras. Así, ya en Bar-sur-Loup (por los años 20) promovió la formación de cooperativas; más tarde, en Saint-Paul, llevó adelante, junto con los padres, una vigorosa lucha para sostener la escuela de los humildes. Eso implica que hablar de &laqno;relación con el medio ambiente», significa algo más que hacer un &laqno;estudio» escolar de lo que está &laqno;fuera» de la escuela; más bien se trata de comprender la realidad profunda y las relaciones de ésta con la escuela; más allá de las &laqno;asignaturas» está la vida. La cooperación encuentra de ese modo un ancho campo: los padres y los adultos en general son elementos a potenciar en una decisiva relación cooperativa que, para Freinet, adquiere una especial valoración dada la confianza que tiene en las clases trabajadoras. El concepto de la lucha de clases como instrumento de liberación del hombre siempre está presente en la obra y el pensamiento de Freinet; por ello, impulsado por el deseo de potenciar a las clases trabajadoras, critica a la &laqno;Escuela Nueva». Él las conoció directamente, tanto en Francia como fuera, y de inmediato se dio cuenta de su carácter elitista, de que eran experiencias para ambientes privile-giados; por su parte pretendía actuar desde la base, en las escuelas corrientes que tienen ante sí una dura realidad cotidiana. Surge así la &laqno;pedagogía popular», que también puede denominarse &laqno;pedagogía del sentido común» y que se nutrirá del espíritu, del sentido común campesino que Freinet siempre conservó de su origen.
LA PEDAGOGÍA POPULAR HOY
Es lícito interrogarse acerca de la validez actual, tras el paso de los años y la aparición de tantas novedades, de la pedagogía Freinet. La respuesta es indudablemente afirmativa. Por ejemplo, la matemática moderna ha enriquecido el cálculo vivo, pero sin eliminar su base que es la vida que el niño vive también en su clase-comuni-dad. Así, la lingüística estructural encuentra soportes válidos en la correspondencia interescolar, en el texto libre y su puesta a punto. También la &laqno;expresión libre» que Freinet impulsó desde el principio en todas y cada una de sus formas (dibujo, pintura, teatro, música,...) encuentra hoy un sólido referente incluso en la teorización de lacomunicación no verbal. La necesidad de la programación, tan actual y exigida, tiene un precedente insuperable en la técnica del &laqno;plan de trabajo» entendida de un modo abierto, quizás con mayor razón que ciertas teorías americanas. También las escuelas secundarias -aunque con retraso en Francia- están descubriendo ahora a Freinet y al ICEM, y empiezan a desarrollar experiencias muy interesantes. La obra de Freinet no acabó con el fin de su vida, en 1966. Sus compañeros y seguidores la prosiguen incansablemente llevando adelante el &laqno;espíritu» que caracteriza la esencia de la pedagogía: rechazo de soluciones definitivas y acabadas; apertura y cooperación; y, sobre todo, insatisfacción y afán de investigación que hunde sus raíces en la confianza en el hombre. Cuando Freinet sostiene que &laqno;nadie puede realizar por nosotros nuestra propia experiencia», está defendiendo una exigencia de libertad, que no es indiscriminada, y que se opone a cualquier conjunto de &laqno;verdades definidas», que impidan una auténtica construcción de la personalidad».
Recordar a Freinet no puede ser una conmemoración, un discurso sobre el pasado; por el contrario, tiene un significado activo, que implica al presente. Estudiar y aplicar el pensamiento de Freinet significa efectuar un continuo descubrimiento, pues son muchos y muy ricos los estímulos que nos plantea. Mediante la organización cooperativa, más importante aún que las mismas técnicas, Freinet sigue siendo un gran &laqno;educador de educadores», un &laqno;federador de hombres» cuya cálida voz, cuya sonrisa serena y tranquila nos sigue ayudando a seguir adelante, a desarrollar un patrimonio nunca acabado

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